miércoles, diciembre 23, 2009

Santa Claus Is Coming To Town


Bueno, era obvio cuál iba a ser mi felicitación musical ¿no? ¡Comed y bebed como romanos!

Bruce Springsteen & The E Street Band. Santa Claus Is Coming To Town (aunque como no podía ser menos, mi aristocrática persona es de Reyes)

jueves, diciembre 17, 2009

Happy Birthday

Aunque en lo que a series se refiere el Madame es "peaker", buena parte de mi corazón lo tiene esta familia de chalados con los que comparto las repentinas obsesiones por la limpieza doméstica, el gusto por el vegetarianismo (¿has alcanzado ya el nivel 5 vegano, Lisa?), la pasión desmedida por la cerveza, la tendencia a padecer castigos en el cole o el vicio por la tele.

No hay nada como los Simpson. Hoy hace 20 años que se asomaron por primera vez a una pantalla de televisión. Desde entonces el protagonismo ha pasado del hijo gamberro al padre vago y borracho, (gurú intelectual y guía moral de mi vida) los famosos pierden el culo por una aparición, han protagonizado una película y hasta han inspirado un libro de filosofía. Algunas otras series de dibujos para adultos han aparecido tratando infructuosamente de acabar con su reinado mundial. Imposible.

Hay capítulos, como Flameado de Moe, que habré visto, sin exagerar nada, 30 veces (reposiciones ha habido para ello). Da igual. No me canso. Todos los días, si estoy en casa, a las 21.00 tengo mi hora simpsoniana.

Será porque Los Simpson son purito rock n' roll

Ramones. Happy Birthday

lunes, diciembre 14, 2009

Sooner Or Later In Spain

Eran las seis de la tarde del domingo. Estaba perfectamente acoplada en el sillón del salón calentito de mi amiga B. viendo las andanzas de Scarlatta O'Hara. Sufría los efectos de haberme calzado unas cuantas cañas en el aperitivo. Fuera hacía mucho frío. Si me hubieran dicho que el concierto de Light Of Day se suspendía (efectivamente, Quireboys no fueron los últimos del año) no me hubiera importado nada.

Pues mira tú por donde hubiera sido una pena porque me habría perdido uno de los bolos más divertidos de mi vida. Se trataba de un concierto benéfico a cargo de la fundación Light Of Day, que recauda dinero para investigar sobre el Parkinson. El cartel lo formaban Los Madison (la única banda local), Aaron Thomas, Jesse Malin, Marah, Joe D'Urso y Willy Nile.

A Los Madison ya los vi hace un par de años teloneando a Joe Grushecky y me llamaron bastante la atención, a mí, que soy una auténtica cabrona con los teloneros y los suelo cambiar por una cerveza más y un platito de olivas. Me parecen una banda de lo más solvente, con canciones de mucha elegancia y una estupenda ejecución y que más tarde tuvieron el detalle de cerrar la noche con una alegre versión de Santa Claus Is Coming To Town. Además, me gusta mucho el que el artículo del nombre sea en español, Los Madison. No sé, le da un toque antiguo que me gusta.

El siguiente fue Aaron Thomas, un cantautor astraliano afincado en España al que hasta ayer no conocía. Salió a escena tan solo con una guitarra y una acompañante en los coros y eso jugó en su contra, pese a tener canciones bonitas y una forma de cantar en ocasiones me recordaba a Jeff Buckley. El respetable, que también irrespetuoso, decidió que ese era el momento de la charla y casi no se oía nada en medio de tanta conversación. Juro que me tuve que cambiar de sitio porque a mi lado tenía una panda de cinco o seis tíos que, no sólo no se callaban ni para respirar, es que se hablaban a gritos. Claro que me moví para oír una interesante charla sobre un mueble que alguien todavía no había montado porque no estaba del todo decidido sobre dónde ponerlo.

Suerte que llegó Jesse Malin y castigó a semejantes maleducados con una de las actuaciones más cañeras y locas que he visto en mi vida. Vale, sí, la estrella era Willie Nile pero para mí Malin fue el triunfador de la noche. Encandiló. Hizo con el público lo que quiso. Y lo digo en el sentido más literal de la palabra porque de repente, durante Broken Radio, le dio porque nos sentaramos todos en el suelo en corro y allá que fuimos. Superenergético, como los batidos de proteínas, a pesar de ir sólo con un guitarrista y una teclista, Christine, a la que supuestamente también deberíamos haber visto después con su actual grupo, Marah. Más o menos por aquel momento debió ser cuando vi entrar a David Bielanko, ataviado con un gorro de Papá Noel y con cara de haberse bajado unos cuantos pacharanes por la Plaza Mayor.

Después del paseo triunfal del señor Malin tomaron el escenario Marah. El comienzo ya fue un tanto friqui con el Feliz Navidad de -creo- Bonnie M. La segunda canción fue Sooner or Later in Spain y a partir de ahí la cosa se jodió porque Bielanko se rebotó con el técnico que no le daba el sonido de guitarra que el quería, así que tras varios insultos, al final de la canción dio las buenas noches y se largó de la sala. Al bar de al lado, se comentaba. A nadie le extrañó.

El siguiente en aparecer en el escenario fue Joe D’Urso, al que tampoco tenía el gusto de conocer. No ha inventado el pan con rebanadas pero hace un rock de vieja escuela que enciende los sensores de los que disfrutamos con Springsteen o Mellencamp. Tocó con Los MadisonArrancó con una chulísima versión de Badlands y siguió con temas propios cuyo título, obviamente no recuerdo pero que funcionaron a las mil maravillas.

Por último la estrella de la noche, Willie Nile, descubierto hace relativamente poco por Madame, y que triunfó como no puede ser de otra manera cuando arrancas un show con House Of A Thousand Guitars y lo continuas con Hard Times In America (con recordatorio a George W. Bush incluido) Todo lo que este señor tiene de pequeñito físicamente lo tiene de grande sobre el escenario. Un hallazgo que me tiene en feliz espera de que me llegue YA su último disco.

El fin de fiesta fue con todos sobre el escenario (menos el huído) cantando versiones de Blitzkrieg Bop, Sheena Is A Punk Rocker y Keep On Rocking In A Free World (quizá alguna más pero ya llevaba unas cuantas cervezas…) además de la citada Santa Claus Is Coming To Town por Los Madison.

Cuando salíamos de la sala a pelarnos de frío hasta llegar al coche el comentario unánime era lo estupendamente que nos lo habíamos pasado. Y eso es lo que cuenta ¿no? Porque este sí que ha sido, definitivamente, el último concierto de 2009, y la verdad, ha estado muy bien

Marah. Sooner or Later in Spain

jueves, diciembre 03, 2009

A Young Man Is Gone

Eras hermoso, fuerte, valiente, lleno de orgullo como los héroes de las grandes tragedias.
Te fuiste joven, como el aprendiz de dios que fuiste. Te convertiste en mito.
Hace ya 20 años.
Te seguimos recordando.

The Beach Boys. A Young Man Is Gone


(Felicitaciones a la sección de Deportes de TVE por el homenaje emitido ayer tras el partido de Euroliga. Grandes recuerdos de los duelos con Norris, buena documentación...y magnífica música (Elvis, Eagles, Bob Seeger, Lynrd Skynrd..)

miércoles, diciembre 02, 2009

Wild Billy's Circus Story

En mi diario peregrinar por el metro de Madrid ya me he topado una de las cosas más desagradables que proliferan por Navidad (además de esperpérticos anuncios televisivos de colonias): los carteles anunciando circos. Lo que pasa por mi mente cuando leo, textualmente, "el oso humano" es, como poco odio visceral a los repsonsables de tamaña aberración, indignación con las autoridades que permiten su instalación y cabreo gordo con quienes la mantienen acudiendo a ver espectáculos de este tipo.


Muy ufano y simpatico es el cartel del circo americano Ringling & Barnum. Van de tradicionales amparandose en sus 139 años de historia y presumen del exotismo de sus animales. Lo que no publicitan ellos es la cantidad de denuncias de PETA y otras organizaciones similares que acumulan y la variedad vídeos que circulan por youtube (basta poner "ringling abuse" para obtener docenas) en los que se muestra como se golpea a los elefantes con barras de metal y en alguna ocasión con pinchos. En Ringling Beats Animals algunos ejemplos.

Otro de los ejemplos circenses que se ven por el metro es en el que figura Ángel Cristo. De este señor tan , tan, tan... indescriptible no voy a hablar, sólo recordaré el episodio de hace unos años, cuando abadonó cinco tigres y leones en lamentables condiciones.

¿De verdad es posible creer que un animal que con sólo una pisada, un mordisco o un zarpazo acabaría con la vida de un humano sin mayor problema aprende ridículos bailes antinaturales mediante caricias y caramelos? Un elefante, un tigre, un león, un oso... no han nacido para hacer monerías en medio de luces y ruídos, ser encerrdos y encadenados en una jaula o una caja y viajar miles de kilómetros y varios días con la mayor de las incomodidas.

Hoy en día existen muchísmas opciones de circos que no utilizan animales en sus números y se basan en la capcacidad artística de las personas que en ellos actuan. A juzgar por lo rápido que se agotan las entradas, por ejemplo en Madrid, del Circo del Sol no parece que les vaya mal.

Bruce Springsteen. Wild Billy's Circus Story (¿elefantes bailando funky? ¡Sólo en esta canción!)

viernes, noviembre 27, 2009

Thanksgiving Day Parade

He vuelto. No me he ido en realidad, es que he estado tan agobiada en el trabajo esta semana que no me han dejado ni siquiera un huequito para pasearme por el blogcindario. Por fin un poco de solaz para esta pobre hidalga.

Después de tantas entradas tituladas (casi) siempre con una canción de mi gusto y antojo (yo puse mis ducales normas y yo me las he saltado cuando ha sido menester) me sorprende que no haya desfilado por aquí Dan Bern, uno de mis cantantes preferidos. Eso debe terminar y como ayer fue el Día de Acción de Gracias en los Yuesie aprovecho para traerlo a mi ducal parcelita

Dan Bern o Bernstein es un músico de Iowa, uno de los Cien Mil Hijos de San Dylan. No hay más que pinchar "Jerusalem" (de su primer disco) para notar que algún disco de don Bob el muchacho sí que ha escuchado. Imagino que también coinciden en el origen judío, aunque esto es suposición mía por el apellido y porque cuando toca con músicos la banda que le acompaña se hace llamar la Jewish Banking Conspiracy (bueno, también es muy difícil saber qué religión profesa en cada momento el señor Dylan).

De hecho uno de sus temas tiene el sugerente título de "Talkin' Woody, Bob, Bruce, and Dan Blues" y que es toda una declaración de las influencias de Dan. Es un tipo superprolífico. Debutó en 1996 con un EP y al año siguiente público su primer LP, sorprendentemente titulado "Dan Bern". Desde entonces, entre discos miniLPs cuenta con trece trabajos más otros tres disponibles sólo para descarga en ITunes. Mi favorito, quizá porque es con el que le descubrí, es "New American Language", a la que pertenece el larguísimo tema con el que titulo la entrada de hoy. También me gusta mucho el EP "My Country II", editado en 2004 con un esclarecedor subtítulo: "Music To Beat Bush By" y una canción de cierre titulada, así de claro, "Bush Must Be Defeated". La verdad es que no tuvo mucha suerte.

Además el tipo dibuja, la mayoría de las ilustraciones de sus Cds son dibujos suyos, y también escribe novelas, aunque de esto si que no puedo contar nada.

Como dato curioso, además, es un fanático del tenis. En su canal de YouTube, http://www.youtube.com/user/bernsteinn1, hay un curioso vídeo llamado "Nadal y yo en Madrid". El bueno de Bern habla de su deseo de intercambiar unos peloteos (ni idea de si se dice así) con Rafa Nadal con la ayuda de un amigo español y su experiencia en Las Ventas el año pasado (cuando por fin puede verlo en directo sin banda, sólo él con guitarra y armónica y en el Costello, que a su lado Moby Dick es Wembley) viendo el enfrentamiento de Copa Davis entre España y Estados Unidos. Cuando tocó en Coruña, después de terminar el bolo, agarró la furgoneta en plena noche y sin dormir se piró a Santander también para ver una eliminatoria de Copa Davis. Para los que nos pensamos que en el Norte todo está cerca: entre Coruña y Santander hay más de 450 km.

Yo no sé si Dan Bern es uno entre un millón o uno más de un millón de songwriters (lo sienteo, es que el término cantautores me recuerda a señores españoles muy, muy, muy pelmas). No entiendo de música buena o mala, sólo de música que me gusta y música que no me gusta, de canciones que me llegan y canciones que cuando terminan se me han olvidado. Las canciones de Dan me llegan y mucho. Lo recomiendo con entusiamo y fervor (los que me conocen lo saben de sobra...casi no doy la chapa)

Dan Bern. Thanksgiving Day Parade

miércoles, noviembre 18, 2009

Seven O'Clock

Se está acabando 2009 y no ha sido el año en el que me convertí en millonaria ni en el que encontré a mi gran amor. Ha sido el año de los conciertos.

Hablo en pretérito perfecto porque, aunque queda mes y medio para que 2009 se acabe, la temporada de conciertos ya la doy por terminada. No será porque no haya cosas que me apetecería ver pero por algún lado hay que recortar ya. Repito, no me he hecho millonaria. Más bien voy por el camino contrario.

He visto concierto de todo tipo: en estadio, teatros, al aire libre, en salas de aforos de ciento y pico y en salas deleznables...he estado en Córdoba, Valladolid, Coruña (es raro para una madrileña), he visto blues, rock, country... he visto grupos que tenía como cuentas pendientes y a otros por cuarta o quinta vez, con algunos hasta me he estrenado y repetido pocos meses... En resumen, ha sido un año tremendo.

Por eso me fastidia mucho que el último concierto del año, a cargo de una banda a la que sigo desde hace poco menos de 20 años (los que cumple su primer disco, el que siempre llamo "A Little.." y es "A Bit...") que hacen un rockn'roll golfo y elegante al que imposible decir no, que han conocido las mieles del éxito masivo y ahora se pelan el culo en escenarios de aforo pequeño, vaya a ser recordado por mí como el que se lleva el premio Sonido Más Infame del Año.

Me consta que The Quireboys son una banda con un directo de muy alta calidad pero ayer el sonido no dejó que disfrutara plenamente. No sé describirlo con las palabras adecuadas. Lo que sonaba se parecía a algo grabado con una grabadora al aire. Qué mala suerte porque se cascaron el "A Bit Of What You Fancy" -¡lo he escrito bien!- de cabo a rabo, sólo dejando para cerrar Sex Party. La fiesta que me pensaba pegar con Hey You se fue un poco al garete y I Don't Love You Anymore no me emoció tanto como esperaba. Y eso que Spike tiene una elegancia de caballero borrachín inglés sobre el escenario, con su voz de mala vida, su clavel en ojal y su cadena de reloj de bolsillo en el chaleco, todo un señor, despampanante.

No sé tocar ni una pandereta. No tengo el más mínimo conocimiento técnico de música y menos de sonido.Por eso no sé de quién puede ser culpa lo de ayer. Si de la sala (no es el teatro de Taormina pero he estado en otros conciertos que sonaban bastante mejor) o de la banda. La entrada, para lo que se estila, era bastante barata (17 €) pero eso no evita que cuando me preguntan qué tal el concierto de ayer tuerza la boca y diga "Hombre...bien". Por suerte estos son unos currantes del escenario. Espero poder disfrutarlos en mejor ocasión.

A las siete en punto es la hora a la que salgo pitando de la oficina. También es el título de una canción que ayer bailé y coreé...

The Quireboys. Seven O'Clock

martes, noviembre 17, 2009

Hey You

...what can I do?

Pues irme esta noche a gozar de esta panda de crapulillas hijos bastardos de The Faces con un cantante , Spike, en la mejor tradición de los gitanos del rock inglés.

Desde 1990 pegaron el pelotazo con este tema han concocido muchas formaciones pero siempre ha estado al frente este gentleman de voz aguardentosa que canta como si fueran las siete de la mañana y estuviera compartiendo contigo la útlima y que seguramente gasta en en una gira más lapiz de ojos que yo en toda mi vida.

Ladys and gentlemen...The London Quireboys!



- Actualización a las 10.56: es curioso como el día en poco más de hora y media se ha convertido en una mierda y un desastre. Me temo que me va a sobrar una entrada para Quireboys. Si alguien anda por Madrid y le interesa, que me lo dia.

viernes, noviembre 13, 2009

The Wall


Muy buenas tardes a todos, queridos mascoteros, como podréis comprobar los que lleváis mucho tiempo escuchándonos hemos cambiado la entrada del programa por esta canción, que es El Muro.

Llevamos una semana, yo por lo menos, pensando, qué se le puede pasar por la cabeza a unos individuos, a unos seres humanos, aunque sean menores para matar a un burro a golpes, introducirle un palo por el recto y matar a este animalito. Y yo me planteo... ¿qué les llega a la cabeza de estos menores para llegar a pensar que eso es una diversión?

Y me planteo tres opciones: bueno, pues a lo mejor los diez o doce colegas estaban escuchando el último disco de Bisbal, tranquilos, tomándose unas Mirindas, como diría el Monaguillo, y dicen "vamos a pasárnoslo bien y vamos a reventar una burra". También hay otra opción y es que estos individuos estuvieran hasta arriba de alcohol, de sustancias estupefacientes que les animara y les provocara este ataque de enajenación absolutamente imperdonable y mataran a esta burrita. Y también, la tercera opción, pueden estar combinadas las opciones, es que sean unos puñeteros incultos, mal educados y mal criados y que eso les permita hacer esta capullada.

La culpa es de ellos, evidentemente, porque aunque no tengan dieciocho años, tienen la responsabilidad de haber matado a un ser vivo. La culpa es de sus familias, que me imagino que rezarán todos los días el rosario con estos niños tan maravillosos y que les habrán educado maravillosamente ¿no? Les llevarán a hacer actividades culturales, ver museos, leer libros. Seguro. O a lo mejor no. A lo mejor es que los padres son tan tradicionalistas, puñetera palabra, como sus puñeteros hijos.

Tiene la culpa la educación de este país, que es una puñetera mierda, a lo mejor ahora que viene la Educación para la Ciudadanía hay algún apartado de respeto hacia los animales, no lo sé, seguramente no. Una educación que permite que unos niños graben con su teléfono móvil las palizas a sus amigos, tampoco es de extrañar que graben y o que hagan matar un burro a palos y meterle un palo por el recto. ¡Qué bonito!

Y también es culpa, principalmente, de nuestros queridos políticos. Esos señores a los que votamos para que luego vayan al Congreso a tocarse los escaños, que se los tocan, y bien. Unos políticos, que estamos hasta las narices, qué cultura, qué educación le podemos enseñar a nuestros hijos, que todos los días salen en la tele, que son unos chorizos, mangando, que especulan, que se llevan pasta...pues si aquí vale todo ¿no? Los políticos también tendrán algo de culpa, los ayuntamientos, las comunidades autónomas y evidentemente, el Gobierno.

Y me da igual el Gobierno, que nadie me ponga aquí ni de rojo ni de azul, para nada. Me da igual los de las gaviotas que los de las rosas. Han gobernado los dos y no han hecho nada. Los del bigote y los del talante. Y no han hecho ninguna legislación de protección animal. Están, como bien digo, tocándose los escaños, todo el puñetero día.

Y España en realidad, en este tema, es dos Españas. Y que nadie piense que estoy yéndome al pasado, a estas cosas políticas y de la dictadura, no, no. Aquí hay dos Españas separadas por una mierda de muro.

A un lado los tradicionalistas, que se amparan en ese puñetero escudo de la puñetera palabra de la tradición. En la que todo vale. Vale una fiesta con los toros, vale matar a un burro siendo "los quintos", vale colgar a un gallo, vale despellejar a un perro, vale quemarlo...vale lo que sea...vale matar a un ser vivo en el lado tradicionalista del muro.

Y al otro lado los que nos tenemos que morder la lengua, clavarnos las uñas en las manos, gritar y pelear. Y tenemos una gran parte de culpa los que estamos a este lado del muro. ¿Por qué? Porque damos cabezazos solitos, o en grupos, pero solitos y separados. Si de una puñetera vez diéramos el puñetazo en esa mierda de muro todos juntos seguro que por lo menos, los del bigote, los del talante o su puñetera madre, los que se tocan los escaños bien tocaditos, a lo mejor de una puñetera vez sacaban una cosa que se llama Ley de Protección Animal.

No es un burro. Son cientos de animales que llenarían el puñetero Congreso de los Diputados de cadáveres con lo que se mata todos los años en este país arropados en la puñetera y asquerosa tradición.

Carlos Rodríguez. Como el perro y el gato. Onda Cero. 7 de noviembre de 2009

Pink Floyd. The Wall

martes, noviembre 10, 2009

Down To Whiskey

Pues ya estoy de vuelta de mi periplo coruñés y el título de la entrada no es porque me haya cogido una buena toña de tal bebida. Eso sería imposible puesto que pocas bebidas me dan más asco. Madame es y será fiel a la cerveza y de hecho este fin de semana me he entregado con pasión a la Estrella de Galicia.

Para satisfacer la curiosidad de EnLaCuerdaFloja, diré que me fui a hacer varias cosas a la vez y todas en una: reencontrarme con antiguos amigos, reencontrarme con amigos más recientes, asistir a la celebración de los 10 años del Mardi Grass (el bar más chulo y elegante de Coruña) y disfrutar del concierto de Eric Sardinas (homenaje a José Luis López Vázquez: ¡¡¡monumento!!!) y en palco presidencial, oiga, que parecía yo Teresa Rivero.

De Coruña me traigo un resfriado, un tremendo cansancio (circunstancias que unidas explican la brevedad de esta entrada…) y unas enormes ganas de volver ya.

Eric Sardinas. Down To Whiskey

jueves, noviembre 05, 2009

Hazy Shade Of Winter

Vale. Que sí. Que tenía que llegar. Que a estas alturas del año no era normal ir con una camiseta de algodón y una chaqueta pasando calor... pero ¿el invierno no podía haber esperado una semana más?

¿Por qué no me deja hacer mis 600 km. hasta Coruña tranquilamente?

¿ Por qué no podía haber esperado la Madre Naturaleza siete días para mandarme posibilidades de lluvia para el sábado y el domingo del 100%? (que sí que en Coruña es normal pero 100% es muy mala leche)

¿Por qué este viento huracanado precisamente ahora?

A ver...¿por qué?

(Menos mal que por lo menos me ha llegado hoy los CDs de Old Crow Medicine Show y Joe Pug, desde el 31 de agosto... ni que hubieran venido a nado)

Simon & Garfunkel. Hazy Shade Of Winter

lunes, noviembre 02, 2009

The Judgement

Me gusta mucho Cold Case (Caso Abierto en español. No lo escribo en inglés por hacerme la guay, es que hace algún tiempo que salvo excepciones, prefiero ver las series en versión original... subtitulada, claro).

Sé que la estructura es repetitiva a más no poder: se reabre el caso X. Vamos a hablar con el Testigo 1. Éste cuenta una cosa que lleva a hablar con Testigo 2. Testigo 2 cuenta otra cosa que lleva a testigo 3. Testigo 3 vuelve a la historia que contó Testigo 1 pero añadiendo algo nuevo que éste, muy cuco él, se calló. Eso nos lleva a testigo 4, que nos remite de nuevo a Testigo 2... al final casi siempre el culpable es Testigo 1 o 2.
Lo que me gusta de la serie (aparte del personaje de Lilly Rush, nada piadosa, resentida con su pasado y con sus dos gatos, uno tuerto y otro cojo)es la recreación del tiempo pasado y el protagonismo que tiene la música para reconstruir el momento. Incluso a veces los capítulos son musicalmente "monográficos". Así, ha habido capítulos en el que toda la música era de John Mellencamp, concretamente del Amercian Fool, de Bob Dylan, Bruce Springsteen, Nirvana, Ray Charles...

Hace una semana pusieron un episodio peculiar porque el caso que trataban de resolver era actual y arrancaba porque Jeffries, uno de los miembros de la unidad, es tiroteado. Es un nudo de guión muy forzado porque no parece lógico que una unidad que investiga casos cerrados investigue uno actual en el que están impliciados emocionalmente.

Da igual. Al final de cada capítulo, a modo de cierre suena un tema de la época recreada. El otro día sonó una maravillosa versió, desconocida hasta entonces para mí, de The Judgement, una canción de Elvis Costello que jamás me había llamado la atención lo más mínimo. In
vestigando por el maravilloso IMDB pude encontrar quién era el autor de semejante maravilla. Ni más ni menos que el enorme (y tómese esto en toda la extensión de la palabra) Salomon Burke. Me encanta Costello. Creo que muchos de los que le subestiman lo hacen muy condicinados por su imagen y es autor de canciones totalmente grandiosas que figuran entre mis favoritas de siempre. Pero curiosamente esta canción siempre me había parecido relleno de su album Delivery Man (destacan más otras canciones de ese album, la que se marca con Lucinda Williams por brillante y la que abre el disco por absolutamente insufrible), "ni chicha ni limoná" y de hecho tardé en reconocerla. Bueno, pues curiosamente esta versión es de las cosas más bonitas que he escuchado en mi vida. Pulsen y juzguen.

Salomon Burke. The Judgement

martes, octubre 27, 2009

Great Expectations

No concibo salir a correr sin música (o sin oír la radio, Alsina suele acompañarme cuando a las 20.00 es todavía de día). No voy sin mi MP3 ni cuando entreno ni en las carreras (salvo la San Silvestre, claro).

Desde que empecé a correr lo que mejor me iba era AC/DC, concretamente el Dirty Deeds. He probado a hacerme mis propias listas. Huyo de las clásicas para estas cosas: Eye Of The Tiger (¡qué cosa más tamarra, por Diossss!), Born To Run (la reservo para momentos más agradables que estar muriendo por falta de óxigeno), Keep On Running, Chariots Of Fire....

Por ejemplo, un tema que suele irme estupendo para correr es No One, de Alicia Keys , Natbush City Limits con esa batería de entrada y varias canciones de los White Stripes como Blue Orchid, The Hardest Button To Button... me van perfectos porque marcan muy bien el ritmo trotecochineril en el que tan bien me desenvuelvo.

También hay canciones que me resultan peligrosas porque inconscientemente acelero el ritmo y como soy muy, pero que muy mala corriendo, me fundo: Look At You de Backyard Babies, You Could be Mine con es parte medio rapeada al final o cualquiera de Anthrax. Got The Time es letal y algún disgusto me ha costado por fliparme demasiado.

Al final de todas las listas me acababa cansando y volvía a mis peculiares discos de AC/DC. Y digo peculiares porque mi MP3 se había empeñado en ordenar, no como decidió la banda, la discográfica, el manager o quien carajo lo hiciera en el 75, sino en orden alfabético. Así, que Dirty Deeds empezaba con Ain't No Fun y acababa con Squeler. A medida que fui aguantando más fueron entrando más canciones de High Voltage, empezando con Can I Sit Next To You. Aquí, claro, lo más que he llegado es a la mitad del disco...

Pero ahora llevo unos días absolutamente enganchada con este disco de unos chavalitos de New Jersey llamados The Gaslight Anthem: 59 Sound, mi nueva banda sonora para salir a trotecochinear que me va perfecta porque, incluyendo estiramientos, resoplidos finales y bebida de agua como si me fuera la vida en terminar un litro en 15 segundos, me da tiempo a darle dos pasadas completas (corrección: el MP3 me había escamoteado 2 canciones así que lo de 2 pasadas completas...las ganas).

Prometo una entrada más amplia sobre ellos, lo merecen de todas todas pero, como estos días ando un poco a matacaballo, no me puedo esperar a dar entrada en el ducado de Chevreuse a este prometedor grupo.

The Gaslight Anthem. Great Expectations (lo que yo tengo cuando salgo a correr. Otra cosa es lo que pasa luego...)


viernes, octubre 23, 2009

Better Days

Ni botox, ni colágeno ni leches. No hay nada como para rejuvenecer como en concierto de un grupo de "mis tiempos", los conciertos de frutos secos. Hoy parezco una chavalita de 20 años y hasta faldita tableada llevo.

Menuda inyección de energía y juventud me metieron anoche Gun. Siempre me gustó este grupo, desde que se dieron a conocer en España allá por 1989 con el famoso concierto de Jácara, cuando tocaron una noche ellos y la siguiente o la anterior sus primos (literal) Texas. Yo no fui a verlos, no sabía quiénes eran. Tenía 16 añitos, una paga de 1.000 pelas semanales (que cundia de lo lindo) y un padre que no me permitía ir a conciertos. Obvio que los 16 años de antes no son los de ahora.

Aquel concierto también debió de ser muy especial para ellos porque charlando luego con la banda (ventaja de los grupos modestos y las salas pequeñas. Desventaja: esa manía por echarte cuando te estás tomando una cerveza con la banda) Giuliano recordaba perfectamente el concierto y la sala. Estaba muy contento porque el grupo siempre tuvo muy buena acogida entre el público español

También tuve ocasión de hablar con Toby Jepson y recordar con él nuestra charla de hace 18 años (se acordaba del concierto, claro, no de la charla. Madame deja huella pero no tanto...), su etapa con Little Angels. También alguna anécdota que revela la sapiencia musical de ese hombre renacentista y multidisciplinar que es Jon Bongiovi. Toby es un tipo cálido y simpático y un estupendo frontman en la tradición de los voceras ingleses que se ha hecho perfectamente a los temas del grupo y ni por un momento se echa de menos a Mark.

El repertorio fue genial, todo grandes hits del grupo y par de temas nuevos (uno me gusto mucho el otro me pareció un poco popero). Arrancaron con Wellcome To The Real World y cerraron con Shame On You. Tremendo ese Better Days y más World Up, Money To Burn, Steal Yor Fire, Taking On The World, I Cant Get Any Lower, ese temazo que es Don't Say Its Over... Salte brinqué y canté como si tuviera 18 años. ¡¡Tan desatadas estábamos mi amiga C. y yo que un tipo del equipo de la banda nos preguntó si queríamos subir a bailar al escenario!!

Fue un agradabilísimo regreso a los años mozos. Adoro estos conciertos de frutos secos. Próxima parada: Quireboys (previo paso por Sardinas en Coruña)


Gun. Better Days (con Toby, of course, se lo ha ganado)

lunes, octubre 19, 2009

The Death Is Not The End

Sucedió hace dos años. Era domingo por la mañana. Estaba en un hotel de Sevilla. Compartía habitación con mi hermana y en la de al lado estaba mi amiga B. Hacía unas horas habíamos asistido al concierto de Héroes del Silencio en la Cartuja y habíamos vuelto al hotel a las cuatro menos algo.

Cuando empecé a oír ruido en la habitación de al lado llamé a B. Me dijo que enseguida se vestía para que bajáramos a desayunar. Entonces cambió el tono de voz...¿Te pusiste la radio anoche? preguntó. No porque casi no quedaba nada del programa y me puse el mp3, respondí. Entonces fue cuando me lo dijo Es que ya no vas a volver a escuchar a Cebrián. Se ha muerto ayer de un infarto. Me pasó como siempre que recibo una noticia inesperada y chocante, durante un momento siento como si el estuviera dentro de un ascensor que cae a plomo.

Nunca crucé una palabra con Juan Antonio Cebrián. Nunca le vi en vivo. Podía haber ido a alguna de sus conferencias o a una firma en la Feria del Libro. Siempre lo iba dejando para más adelante porque nunca piensas que una persona de cuarenta y pocos años se va a morir de golpe y porrazo.

Resulta inexplicable y hasta cierto punto absurdo. Cuando aquella noche de domingo/lunes , como casi siempre, a la una de la madrugada no escuché ese consabido "Hola, ¿qué tal? muy buenas noches..." con el que solía empezar La Rosa de los Vientos sino un sentido homenaje de los compañeros y colaboradores del programa lloré hasta el punto de levantarme al día siguiente con los ojos hinchados. Durante días, cuando leía o escuchaba las palabras de recuerdos de otros locutores de Onda Cero y oyentes se me ponía un nudo en la garganta y se humedecían los ojos. Tenía que esforzarme mucho por no romper a llorar. Me sentía triste como si hubiera perdido a un amigo muy cercano ¿cómo explicar qué lloraba por un señor con el que jamás había cruzado palabra? Fácil, en realidad sí había perdido un amigo. Pocas personas habrá en mi vida con las que haya compartido más noches que con Juan Antonio Cebrián.


En La Rosa de los Vientos Juan Antonio Cebrián creo un genero propio, único e irrepetible. No era un programa sobre historia, sobre ocio, sobre libros, sobre sucesos inexplicables, sobre medio ambiente, sobre actualidad internacional... era todo eso y mucho más en una combinación genial de retranca de manchego de La Elipa y sapiencia de viejo erudito de insultante juventud conducía suave, como si estuvieras compartiendo con él una caña, un cigarrito y unas olivas.


Gracias a Dios su obra ha coincidido en el tiempo con recursos tecnológicos que hacen que sus maravillosos Pasajes de la historia o sus Versus estén a mi disposición en el mágico mundo de Internet para deleitarme con esas recreaciones sonoras, no de datos o aconticimientos, sino de vidas. Alucino cada vez que recuerdo que no eran guiones, como máximo un esquema para no extenderse hasta el infinito, como inabarcable conocedor y narrador incontenible que era Juan Antonio.

Nunca nadie había hecho radio así y nunca nadie la volverá a hacer. Donde quiera que estés, Juanan, gracias.

Fuerza y honor

Bob Dylan. The Death Is Not The End