martes, abril 17, 2012

The Wreckage

El Ducado de Chevreuse ha sido declarado en estado de ruina. Nunca fue gran cosa pero la situación es seria, está lleno de goteras y grietas y apuntalado de muy mala manera. Lo malo es que esta vez no tengo, como en El Vizconde de Bragelonne, un secreto que vender y una reina a la que chantajear para arreglar los desperfectos de Dampierre.


Este blog nunca tuvo un tema concreto, aquí he hablado de fútbol, de política, de música, de libros, de baloncesto, de televisión...pero siempre tuve claro que el eje era yo misma, mi mundo, lo que me pasaba y lo que me interesaba. Y en estos momentos lo que me pasa no me gusta y lo que me interesa es la nada absoluta. 


No encuentro las ganas de escribir una puñetera palabra sobre ninguna cuestión, ni tan siquiera un nuevo disco de Bruce Springsteen me ha motivado para crear una mísera entrada. 


Alguna vez he escrito aquí entradas bastante deprimentes. No me ha gustado verlas a posteriori, por el pudor de leer mis propios sentimientos hechos públicos y por la vergüenza de que alguien haya leído semejantes chorradas. Hubiera preferido no haberlas escrito y hubiese podido (e incluso debido) borrarlas, aunque no lo hice. Sí estoy segura de no querer que este blog sea así pero ahora mismo sólo podría ser así: aburrido, cargante, triste y resignado. 


Resumiendo: que me voy a recoger los palos del sombrajo. Os veré en mis sueños.


Will Hoge. The Wreckage