viernes, noviembre 27, 2009

Thanksgiving Day Parade

He vuelto. No me he ido en realidad, es que he estado tan agobiada en el trabajo esta semana que no me han dejado ni siquiera un huequito para pasearme por el blogcindario. Por fin un poco de solaz para esta pobre hidalga.

Después de tantas entradas tituladas (casi) siempre con una canción de mi gusto y antojo (yo puse mis ducales normas y yo me las he saltado cuando ha sido menester) me sorprende que no haya desfilado por aquí Dan Bern, uno de mis cantantes preferidos. Eso debe terminar y como ayer fue el Día de Acción de Gracias en los Yuesie aprovecho para traerlo a mi ducal parcelita

Dan Bern o Bernstein es un músico de Iowa, uno de los Cien Mil Hijos de San Dylan. No hay más que pinchar "Jerusalem" (de su primer disco) para notar que algún disco de don Bob el muchacho sí que ha escuchado. Imagino que también coinciden en el origen judío, aunque esto es suposición mía por el apellido y porque cuando toca con músicos la banda que le acompaña se hace llamar la Jewish Banking Conspiracy (bueno, también es muy difícil saber qué religión profesa en cada momento el señor Dylan).

De hecho uno de sus temas tiene el sugerente título de "Talkin' Woody, Bob, Bruce, and Dan Blues" y que es toda una declaración de las influencias de Dan. Es un tipo superprolífico. Debutó en 1996 con un EP y al año siguiente público su primer LP, sorprendentemente titulado "Dan Bern". Desde entonces, entre discos miniLPs cuenta con trece trabajos más otros tres disponibles sólo para descarga en ITunes. Mi favorito, quizá porque es con el que le descubrí, es "New American Language", a la que pertenece el larguísimo tema con el que titulo la entrada de hoy. También me gusta mucho el EP "My Country II", editado en 2004 con un esclarecedor subtítulo: "Music To Beat Bush By" y una canción de cierre titulada, así de claro, "Bush Must Be Defeated". La verdad es que no tuvo mucha suerte.

Además el tipo dibuja, la mayoría de las ilustraciones de sus Cds son dibujos suyos, y también escribe novelas, aunque de esto si que no puedo contar nada.

Como dato curioso, además, es un fanático del tenis. En su canal de YouTube, http://www.youtube.com/user/bernsteinn1, hay un curioso vídeo llamado "Nadal y yo en Madrid". El bueno de Bern habla de su deseo de intercambiar unos peloteos (ni idea de si se dice así) con Rafa Nadal con la ayuda de un amigo español y su experiencia en Las Ventas el año pasado (cuando por fin puede verlo en directo sin banda, sólo él con guitarra y armónica y en el Costello, que a su lado Moby Dick es Wembley) viendo el enfrentamiento de Copa Davis entre España y Estados Unidos. Cuando tocó en Coruña, después de terminar el bolo, agarró la furgoneta en plena noche y sin dormir se piró a Santander también para ver una eliminatoria de Copa Davis. Para los que nos pensamos que en el Norte todo está cerca: entre Coruña y Santander hay más de 450 km.

Yo no sé si Dan Bern es uno entre un millón o uno más de un millón de songwriters (lo sienteo, es que el término cantautores me recuerda a señores españoles muy, muy, muy pelmas). No entiendo de música buena o mala, sólo de música que me gusta y música que no me gusta, de canciones que me llegan y canciones que cuando terminan se me han olvidado. Las canciones de Dan me llegan y mucho. Lo recomiendo con entusiamo y fervor (los que me conocen lo saben de sobra...casi no doy la chapa)

Dan Bern. Thanksgiving Day Parade

miércoles, noviembre 18, 2009

Seven O'Clock

Se está acabando 2009 y no ha sido el año en el que me convertí en millonaria ni en el que encontré a mi gran amor. Ha sido el año de los conciertos.

Hablo en pretérito perfecto porque, aunque queda mes y medio para que 2009 se acabe, la temporada de conciertos ya la doy por terminada. No será porque no haya cosas que me apetecería ver pero por algún lado hay que recortar ya. Repito, no me he hecho millonaria. Más bien voy por el camino contrario.

He visto concierto de todo tipo: en estadio, teatros, al aire libre, en salas de aforos de ciento y pico y en salas deleznables...he estado en Córdoba, Valladolid, Coruña (es raro para una madrileña), he visto blues, rock, country... he visto grupos que tenía como cuentas pendientes y a otros por cuarta o quinta vez, con algunos hasta me he estrenado y repetido pocos meses... En resumen, ha sido un año tremendo.

Por eso me fastidia mucho que el último concierto del año, a cargo de una banda a la que sigo desde hace poco menos de 20 años (los que cumple su primer disco, el que siempre llamo "A Little.." y es "A Bit...") que hacen un rockn'roll golfo y elegante al que imposible decir no, que han conocido las mieles del éxito masivo y ahora se pelan el culo en escenarios de aforo pequeño, vaya a ser recordado por mí como el que se lleva el premio Sonido Más Infame del Año.

Me consta que The Quireboys son una banda con un directo de muy alta calidad pero ayer el sonido no dejó que disfrutara plenamente. No sé describirlo con las palabras adecuadas. Lo que sonaba se parecía a algo grabado con una grabadora al aire. Qué mala suerte porque se cascaron el "A Bit Of What You Fancy" -¡lo he escrito bien!- de cabo a rabo, sólo dejando para cerrar Sex Party. La fiesta que me pensaba pegar con Hey You se fue un poco al garete y I Don't Love You Anymore no me emoció tanto como esperaba. Y eso que Spike tiene una elegancia de caballero borrachín inglés sobre el escenario, con su voz de mala vida, su clavel en ojal y su cadena de reloj de bolsillo en el chaleco, todo un señor, despampanante.

No sé tocar ni una pandereta. No tengo el más mínimo conocimiento técnico de música y menos de sonido.Por eso no sé de quién puede ser culpa lo de ayer. Si de la sala (no es el teatro de Taormina pero he estado en otros conciertos que sonaban bastante mejor) o de la banda. La entrada, para lo que se estila, era bastante barata (17 €) pero eso no evita que cuando me preguntan qué tal el concierto de ayer tuerza la boca y diga "Hombre...bien". Por suerte estos son unos currantes del escenario. Espero poder disfrutarlos en mejor ocasión.

A las siete en punto es la hora a la que salgo pitando de la oficina. También es el título de una canción que ayer bailé y coreé...

The Quireboys. Seven O'Clock

martes, noviembre 17, 2009

Hey You

...what can I do?

Pues irme esta noche a gozar de esta panda de crapulillas hijos bastardos de The Faces con un cantante , Spike, en la mejor tradición de los gitanos del rock inglés.

Desde 1990 pegaron el pelotazo con este tema han concocido muchas formaciones pero siempre ha estado al frente este gentleman de voz aguardentosa que canta como si fueran las siete de la mañana y estuviera compartiendo contigo la útlima y que seguramente gasta en en una gira más lapiz de ojos que yo en toda mi vida.

Ladys and gentlemen...The London Quireboys!



- Actualización a las 10.56: es curioso como el día en poco más de hora y media se ha convertido en una mierda y un desastre. Me temo que me va a sobrar una entrada para Quireboys. Si alguien anda por Madrid y le interesa, que me lo dia.

viernes, noviembre 13, 2009

The Wall


Muy buenas tardes a todos, queridos mascoteros, como podréis comprobar los que lleváis mucho tiempo escuchándonos hemos cambiado la entrada del programa por esta canción, que es El Muro.

Llevamos una semana, yo por lo menos, pensando, qué se le puede pasar por la cabeza a unos individuos, a unos seres humanos, aunque sean menores para matar a un burro a golpes, introducirle un palo por el recto y matar a este animalito. Y yo me planteo... ¿qué les llega a la cabeza de estos menores para llegar a pensar que eso es una diversión?

Y me planteo tres opciones: bueno, pues a lo mejor los diez o doce colegas estaban escuchando el último disco de Bisbal, tranquilos, tomándose unas Mirindas, como diría el Monaguillo, y dicen "vamos a pasárnoslo bien y vamos a reventar una burra". También hay otra opción y es que estos individuos estuvieran hasta arriba de alcohol, de sustancias estupefacientes que les animara y les provocara este ataque de enajenación absolutamente imperdonable y mataran a esta burrita. Y también, la tercera opción, pueden estar combinadas las opciones, es que sean unos puñeteros incultos, mal educados y mal criados y que eso les permita hacer esta capullada.

La culpa es de ellos, evidentemente, porque aunque no tengan dieciocho años, tienen la responsabilidad de haber matado a un ser vivo. La culpa es de sus familias, que me imagino que rezarán todos los días el rosario con estos niños tan maravillosos y que les habrán educado maravillosamente ¿no? Les llevarán a hacer actividades culturales, ver museos, leer libros. Seguro. O a lo mejor no. A lo mejor es que los padres son tan tradicionalistas, puñetera palabra, como sus puñeteros hijos.

Tiene la culpa la educación de este país, que es una puñetera mierda, a lo mejor ahora que viene la Educación para la Ciudadanía hay algún apartado de respeto hacia los animales, no lo sé, seguramente no. Una educación que permite que unos niños graben con su teléfono móvil las palizas a sus amigos, tampoco es de extrañar que graben y o que hagan matar un burro a palos y meterle un palo por el recto. ¡Qué bonito!

Y también es culpa, principalmente, de nuestros queridos políticos. Esos señores a los que votamos para que luego vayan al Congreso a tocarse los escaños, que se los tocan, y bien. Unos políticos, que estamos hasta las narices, qué cultura, qué educación le podemos enseñar a nuestros hijos, que todos los días salen en la tele, que son unos chorizos, mangando, que especulan, que se llevan pasta...pues si aquí vale todo ¿no? Los políticos también tendrán algo de culpa, los ayuntamientos, las comunidades autónomas y evidentemente, el Gobierno.

Y me da igual el Gobierno, que nadie me ponga aquí ni de rojo ni de azul, para nada. Me da igual los de las gaviotas que los de las rosas. Han gobernado los dos y no han hecho nada. Los del bigote y los del talante. Y no han hecho ninguna legislación de protección animal. Están, como bien digo, tocándose los escaños, todo el puñetero día.

Y España en realidad, en este tema, es dos Españas. Y que nadie piense que estoy yéndome al pasado, a estas cosas políticas y de la dictadura, no, no. Aquí hay dos Españas separadas por una mierda de muro.

A un lado los tradicionalistas, que se amparan en ese puñetero escudo de la puñetera palabra de la tradición. En la que todo vale. Vale una fiesta con los toros, vale matar a un burro siendo "los quintos", vale colgar a un gallo, vale despellejar a un perro, vale quemarlo...vale lo que sea...vale matar a un ser vivo en el lado tradicionalista del muro.

Y al otro lado los que nos tenemos que morder la lengua, clavarnos las uñas en las manos, gritar y pelear. Y tenemos una gran parte de culpa los que estamos a este lado del muro. ¿Por qué? Porque damos cabezazos solitos, o en grupos, pero solitos y separados. Si de una puñetera vez diéramos el puñetazo en esa mierda de muro todos juntos seguro que por lo menos, los del bigote, los del talante o su puñetera madre, los que se tocan los escaños bien tocaditos, a lo mejor de una puñetera vez sacaban una cosa que se llama Ley de Protección Animal.

No es un burro. Son cientos de animales que llenarían el puñetero Congreso de los Diputados de cadáveres con lo que se mata todos los años en este país arropados en la puñetera y asquerosa tradición.

Carlos Rodríguez. Como el perro y el gato. Onda Cero. 7 de noviembre de 2009

Pink Floyd. The Wall

martes, noviembre 10, 2009

Down To Whiskey

Pues ya estoy de vuelta de mi periplo coruñés y el título de la entrada no es porque me haya cogido una buena toña de tal bebida. Eso sería imposible puesto que pocas bebidas me dan más asco. Madame es y será fiel a la cerveza y de hecho este fin de semana me he entregado con pasión a la Estrella de Galicia.

Para satisfacer la curiosidad de EnLaCuerdaFloja, diré que me fui a hacer varias cosas a la vez y todas en una: reencontrarme con antiguos amigos, reencontrarme con amigos más recientes, asistir a la celebración de los 10 años del Mardi Grass (el bar más chulo y elegante de Coruña) y disfrutar del concierto de Eric Sardinas (homenaje a José Luis López Vázquez: ¡¡¡monumento!!!) y en palco presidencial, oiga, que parecía yo Teresa Rivero.

De Coruña me traigo un resfriado, un tremendo cansancio (circunstancias que unidas explican la brevedad de esta entrada…) y unas enormes ganas de volver ya.

Eric Sardinas. Down To Whiskey

jueves, noviembre 05, 2009

Hazy Shade Of Winter

Vale. Que sí. Que tenía que llegar. Que a estas alturas del año no era normal ir con una camiseta de algodón y una chaqueta pasando calor... pero ¿el invierno no podía haber esperado una semana más?

¿Por qué no me deja hacer mis 600 km. hasta Coruña tranquilamente?

¿ Por qué no podía haber esperado la Madre Naturaleza siete días para mandarme posibilidades de lluvia para el sábado y el domingo del 100%? (que sí que en Coruña es normal pero 100% es muy mala leche)

¿Por qué este viento huracanado precisamente ahora?

A ver...¿por qué?

(Menos mal que por lo menos me ha llegado hoy los CDs de Old Crow Medicine Show y Joe Pug, desde el 31 de agosto... ni que hubieran venido a nado)

Simon & Garfunkel. Hazy Shade Of Winter

lunes, noviembre 02, 2009

The Judgement

Me gusta mucho Cold Case (Caso Abierto en español. No lo escribo en inglés por hacerme la guay, es que hace algún tiempo que salvo excepciones, prefiero ver las series en versión original... subtitulada, claro).

Sé que la estructura es repetitiva a más no poder: se reabre el caso X. Vamos a hablar con el Testigo 1. Éste cuenta una cosa que lleva a hablar con Testigo 2. Testigo 2 cuenta otra cosa que lleva a testigo 3. Testigo 3 vuelve a la historia que contó Testigo 1 pero añadiendo algo nuevo que éste, muy cuco él, se calló. Eso nos lleva a testigo 4, que nos remite de nuevo a Testigo 2... al final casi siempre el culpable es Testigo 1 o 2.
Lo que me gusta de la serie (aparte del personaje de Lilly Rush, nada piadosa, resentida con su pasado y con sus dos gatos, uno tuerto y otro cojo)es la recreación del tiempo pasado y el protagonismo que tiene la música para reconstruir el momento. Incluso a veces los capítulos son musicalmente "monográficos". Así, ha habido capítulos en el que toda la música era de John Mellencamp, concretamente del Amercian Fool, de Bob Dylan, Bruce Springsteen, Nirvana, Ray Charles...

Hace una semana pusieron un episodio peculiar porque el caso que trataban de resolver era actual y arrancaba porque Jeffries, uno de los miembros de la unidad, es tiroteado. Es un nudo de guión muy forzado porque no parece lógico que una unidad que investiga casos cerrados investigue uno actual en el que están impliciados emocionalmente.

Da igual. Al final de cada capítulo, a modo de cierre suena un tema de la época recreada. El otro día sonó una maravillosa versió, desconocida hasta entonces para mí, de The Judgement, una canción de Elvis Costello que jamás me había llamado la atención lo más mínimo. In
vestigando por el maravilloso IMDB pude encontrar quién era el autor de semejante maravilla. Ni más ni menos que el enorme (y tómese esto en toda la extensión de la palabra) Salomon Burke. Me encanta Costello. Creo que muchos de los que le subestiman lo hacen muy condicinados por su imagen y es autor de canciones totalmente grandiosas que figuran entre mis favoritas de siempre. Pero curiosamente esta canción siempre me había parecido relleno de su album Delivery Man (destacan más otras canciones de ese album, la que se marca con Lucinda Williams por brillante y la que abre el disco por absolutamente insufrible), "ni chicha ni limoná" y de hecho tardé en reconocerla. Bueno, pues curiosamente esta versión es de las cosas más bonitas que he escuchado en mi vida. Pulsen y juzguen.

Salomon Burke. The Judgement