Sucedió hace dos años. Era domingo por la mañana. Estaba en un hotel de Sevilla. Compartía habitación con mi hermana y en la de al lado estaba mi amiga B. Hacía unas horas habíamos asistido al concierto de Héroes del Silencio en la Cartuja y habíamos vuelto al hotel a las cuatro menos algo.
Cuando empecé a oír ruido en la habitación de al lado llamé a B. Me dijo que enseguida se vestía para que bajáramos a desayunar. Entonces cambió el tono de voz...¿Te pusiste la radio anoche? preguntó. No porque casi no quedaba nada del programa y me puse el mp3, respondí. Entonces fue cuando me lo dijo Es que ya no vas a volver a escuchar a Cebrián. Se ha muerto ayer de un infarto. Me pasó como siempre que recibo una noticia inesperada y chocante, durante un momento siento como si el estuviera dentro de un ascensor que cae a plomo.
Nunca crucé una palabra con Juan Antonio Cebrián. Nunca le vi en vivo. Podía haber ido a alguna de sus conferencias o a una firma en la Feria del Libro. Siempre lo iba dejando para más adelante porque nunca piensas que una persona de cuarenta y pocos años se va a morir de golpe y porrazo.
Resulta inexplicable y hasta cierto punto absurdo. Cuando aquella noche de domingo/lunes , como casi siempre, a la una de la madrugada no escuché ese consabido "Hola, ¿qué tal? muy buenas noches..." con el que solía empezar La Rosa de los Vientos sino un sentido homenaje de los compañeros y colaboradores del programa lloré hasta el punto de levantarme al día siguiente con los ojos hinchados. Durante días, cuando leía o escuchaba las palabras de recuerdos de otros locutores de Onda Cero y oyentes se me ponía un nudo en la garganta y se humedecían los ojos. Tenía que esforzarme mucho por no romper a llorar. Me sentía triste como si hubiera perdido a un amigo muy cercano ¿cómo explicar qué lloraba por un señor con el que jamás había cruzado palabra? Fácil, en realidad sí había perdido un amigo. Pocas personas habrá en mi vida con las que haya compartido más noches que con Juan Antonio Cebrián.
En La Rosa de los Vientos Juan Antonio Cebrián creo un genero propio, único e irrepetible. No era un programa sobre historia, sobre ocio, sobre libros, sobre sucesos inexplicables, sobre medio ambiente, sobre actualidad internacional... era todo eso y mucho más en una combinación genial de retranca de manchego de La Elipa y sapiencia de viejo erudito de insultante juventud conducía suave, como si estuvieras compartiendo con él una caña, un cigarrito y unas olivas.
Gracias a Dios su obra ha coincidido en el tiempo con recursos tecnológicos que hacen que sus maravillosos Pasajes de la historia o sus Versus estén a mi disposición en el mágico mundo de Internet para deleitarme con esas recreaciones sonoras, no de datos o aconticimientos, sino de vidas. Alucino cada vez que recuerdo que no eran guiones, como máximo un esquema para no extenderse hasta el infinito, como inabarcable conocedor y narrador incontenible que era Juan Antonio.
Nunca nadie había hecho radio así y nunca nadie la volverá a hacer. Donde quiera que estés, Juanan, gracias.
Fuerza y honor
Bob Dylan. The Death Is Not The End
lunes, octubre 19, 2009
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8 comentarios:
Me has dejado raro,estas historias me ponen muy nervioso y triste.
Saludos
Nunca tuve el gusto, porque soy muy poco trasnochadora, pero alguien de mi familia muy fan se encargaba de retransmitírmelo o incluso grabarlo para mi deleite....una lástima
Siempre es una lástima cuando alguien que nos "llega", nos deja sin previo aviso... Ánimo wapa, que si tuvo la fortuna de poder conectar con miles de personas, fue afortunado de transmitir sus pensamientos y ser escuchado.
Un besote.
Entiendo esas sensaciones. A mi me ha pasado con actores, e incluso siento mucha pena por Andrés Montes, el locutor que murió este viernes, ya que le seguía mucho en sus tiempos de la NBA. Creas lazos muy íntimos con esta gente, ya que los gozas en la intimidad, es algo parecido a la amistad.
¡Un saludo!
La verdad es que tu historia da para pensar. Como dices Rock 'n Roll Outlaw, a veces se crean sorprendentes lazos íntimos con personajes famosos y el corazón se encoge al recibir una triste noticia sobre ellos. C'est la vie. Besos.
Sólo me he leído un libro de él: "La cruzada del Sur", aunque como colaborador en varias publicaciones si que leía sus artículos. Me gustaba su forma de escribir.
Reconozco que nunca he sido de “radio” y quizá en esa faceta le he conocido poco, aunque por lo que cuentas debió ser “único”....
A veces impresiona lo que podemos llegar a sentir por gente que “no conocemos”...
Me acuerdo cuando escuché el asesinato de John Lennon y ¡¡lloré!!! Tenía sólo 12 años, y me impresionó...
Un beso!
Casualmente este domingo lo oí, ahora no puedo tanto como antes, y hacían mención a los dos años de su muerte.. Me encantaba su voz, y su manera de contar las cosas.. Al menos su esencia está ahí, y el programa sigue.
besos
Cebrian y la Rosa de los vientos fueron y aún siguen siendo,algo que hago como una costumbre.Oir la radio y oir su programa ,pero se le hecha de menos . Una putada .
Esta lloviendo en Madrid
Saludos desde el Tornado
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