
Bueno, era obvio cuál iba a ser mi felicitación musical ¿no? ¡Comed y bebed como romanos!
Bruce Springsteen & The E Street Band. Santa Claus Is Coming To Town (aunque como no podía ser menos, mi aristocrática persona es de Reyes)
Pues mira tú por donde hubiera sido una pena porque me habría perdido uno de los bolos más divertidos de mi vida. Se trataba de un concierto benéfico a cargo de la fundación Light Of Day, que recauda dinero para investigar sobre el Parkinson. El cartel lo formaban Los Madison (la única banda local), Aaron Thomas, Jesse Malin, Marah, Joe D'Urso y Willy Nile.
A Los Madison ya los vi hace un par de años teloneando a Joe Grushecky y me llamaron bastante la atención, a mí, que soy una auténtica cabrona con los teloneros y los suelo cambiar por una cerveza más y un platito de olivas. Me parecen una banda de lo más solvente, con canciones de mucha elegancia y una estupenda ejecución y que más tarde tuvieron el detalle de cerrar la noche con una alegre versión de Santa Claus Is Coming To Town. Además, me gusta mucho el que el artículo del nombre sea en español, Los Madison. No sé, le da un toque antiguo que me gusta.
El siguiente fue Aaron Thomas, un cantautor astraliano afincado en España al que hasta ayer no conocía. Salió a escena tan solo con una guitarra y una acompañante en los coros y eso jugó en su contra, pese a tener canciones bonitas y una forma de cantar en ocasiones me recordaba a Jeff Buckley. El respetable, que también irrespetuoso, decidió que ese era el momento de la charla y casi no se oía nada en medio de tanta conversación. Juro que me tuve que cambiar de sitio porque a mi lado tenía una panda de cinco o seis tíos que, no sólo no se callaban ni para respirar, es que se hablaban a gritos. Claro que me moví para oír una interesante charla sobre un mueble que alguien todavía no había montado porque no estaba del todo decidido sobre dónde ponerlo.
Suerte que llegó Jesse Malin y castigó a semejantes maleducados con una de las actuaciones más cañeras y locas que he visto en mi vida. Vale, sí, la estrella era Willie Nile pero para mí Malin fue el triunfador de la noche. Encandiló. Hizo con el público lo que quiso. Y lo digo en el sentido más literal de la palabra porque de repente, durante Broken Radio, le dio porque nos sentaramos todos en el suelo en corro y allá que fuimos. Superenergético, como los batidos de proteínas, a pesar de ir sólo con un guitarrista y una teclista, Christine, a la que supuestamente también deberíamos haber visto después con su actual grupo, Marah. Más o menos por aquel momento debió ser cuando vi entrar a David Bielanko, ataviado con un gorro de Papá Noel y con cara de haberse bajado unos cuantos pacharanes por la Plaza Mayor.
Después del paseo triunfal del señor Malin tomaron el escenario Marah. El comienzo ya fue un tanto friqui con el Feliz Navidad de -creo- Bonnie M. La segunda canción fue Sooner or Later in Spain y a partir de ahí la cosa se jodió porque Bielanko se rebotó con el técnico que no le daba el sonido de guitarra que el quería, así que tras varios insultos, al final de la canción dio las buenas noches y se largó de la sala. Al bar de al lado, se comentaba. A nadie le extrañó.
El siguiente en aparecer en el escenario fue Joe D’Urso, al que tampoco tenía el gusto de conocer. No ha inventado el pan con rebanadas pero hace un rock de vieja escuela que enciende los sensores de los que disfrutamos con Springsteen o Mellencamp. Tocó con Los MadisonArrancó con una chulísima versión de Badlands y siguió con temas propios cuyo título, obviamente no recuerdo pero que funcionaron a las mil maravillas.
Por último la estrella de la noche, Willie Nile, descubierto hace relativamente poco por Madame, y que triunfó como no puede ser de otra manera cuando arrancas un show con House Of A Thousand Guitars y lo continuas con Hard Times In America (con recordatorio a George W. Bush incluido) Todo lo que este señor tiene de pequeñito físicamente lo tiene de grande sobre el escenario. Un hallazgo que me tiene en feliz espera de que me llegue YA su último disco.
El fin de fiesta fue con todos sobre el escenario (menos el huído) cantando versiones de Blitzkrieg Bop, Sheena Is A Punk Rocker y Keep On Rocking In A Free World (quizá alguna más pero ya llevaba unas cuantas cervezas…) además de la citada Santa Claus Is Coming To Town por Los Madison.
Cuando salíamos de la sala a pelarnos de frío hasta llegar al coche el comentario unánime era lo estupendamente que nos lo habíamos pasado. Y eso es lo que cuenta ¿no? Porque este sí que ha sido, definitivamente, el último concierto de 2009, y la verdad, ha estado muy bien
Marah. Sooner or Later in Spain
Muy buenas tardes a todos, queridos mascoteros, como podréis comprobar los que lleváis mucho tiempo escuchándonos hemos cambiado la entrada del programa por esta canción, que es El Muro.
Llevamos una semana, yo por lo menos, pensando, qué se le puede pasar por la cabeza a unos individuos, a unos seres humanos, aunque sean menores para matar a un burro a golpes, introducirle un palo por el recto y matar a este animalito. Y yo me planteo... ¿qué les llega a la cabeza de estos menores para llegar a pensar que eso es una diversión?
Y me planteo tres opciones: bueno, pues a lo mejor los diez o doce colegas estaban escuchando el último disco de Bisbal, tranquilos, tomándose unas Mirindas, como diría el Monaguillo, y dicen "vamos a pasárnoslo bien y vamos a reventar una burra". También hay otra opción y es que estos individuos estuvieran hasta arriba de alcohol, de sustancias estupefacientes que les animara y les provocara este ataque de enajenación absolutamente imperdonable y mataran a esta burrita. Y también, la tercera opción, pueden estar combinadas las opciones, es que sean unos puñeteros incultos, mal educados y mal criados y que eso les permita hacer esta capullada.
La culpa es de ellos, evidentemente, porque aunque no tengan dieciocho años, tienen la responsabilidad de haber matado a un ser vivo. La culpa es de sus familias, que me imagino que rezarán todos los días el rosario con estos niños tan maravillosos y que les habrán educado maravillosamente ¿no? Les llevarán a hacer actividades culturales, ver museos, leer libros. Seguro. O a lo mejor no. A lo mejor es que los padres son tan tradicionalistas, puñetera palabra, como sus puñeteros hijos.
Tiene la culpa la educación de este país, que es una puñetera mierda, a lo mejor ahora que viene la Educación para la Ciudadanía hay algún apartado de respeto hacia los animales, no lo sé, seguramente no. Una educación que permite que unos niños graben con su teléfono móvil las palizas a sus amigos, tampoco es de extrañar que graben y o que hagan matar un burro a palos y meterle un palo por el recto. ¡Qué bonito!
Y también es culpa, principalmente, de nuestros queridos políticos. Esos señores a los que votamos para que luego vayan al Congreso a tocarse los escaños, que se los tocan, y bien. Unos políticos, que estamos hasta las narices, qué cultura, qué educación le podemos enseñar a nuestros hijos, que todos los días salen en la tele, que son unos chorizos, mangando, que especulan, que se llevan pasta...pues si aquí vale todo ¿no? Los políticos también tendrán algo de culpa, los ayuntamientos, las comunidades autónomas y evidentemente, el Gobierno.
Y me da igual el Gobierno, que nadie me ponga aquí ni de rojo ni de azul, para nada. Me da igual los de las gaviotas que los de las rosas. Han gobernado los dos y no han hecho nada. Los del bigote y los del talante. Y no han hecho ninguna legislación de protección animal. Están, como bien digo, tocándose los escaños, todo el puñetero día.
Y España en realidad, en este tema, es dos Españas. Y que nadie piense que estoy yéndome al pasado, a estas cosas políticas y de la dictadura, no, no. Aquí hay dos Españas separadas por una mierda de muro.
A un lado los tradicionalistas, que se amparan en ese puñetero escudo de la puñetera palabra de la tradición. En la que todo vale. Vale una fiesta con los toros, vale matar a un burro siendo "los quintos", vale colgar a un gallo, vale despellejar a un perro, vale quemarlo...vale lo que sea...vale matar a un ser vivo en el lado tradicionalista del muro.
Y al otro lado los que nos tenemos que morder la lengua, clavarnos las uñas en las manos, gritar y pelear. Y tenemos una gran parte de culpa los que estamos a este lado del muro. ¿Por qué? Porque damos cabezazos solitos, o en grupos, pero solitos y separados. Si de una puñetera vez diéramos el puñetazo en esa mierda de muro todos juntos seguro que por lo menos, los del bigote, los del talante o su puñetera madre, los que se tocan los escaños bien tocaditos, a lo mejor de una puñetera vez sacaban una cosa que se llama Ley de Protección Animal.
No es un burro. Son cientos de animales que llenarían el puñetero Congreso de los Diputados de cadáveres con lo que se mata todos los años en este país arropados en la puñetera y asquerosa tradición.
Carlos Rodríguez. Como el perro y el gato. Onda Cero. 7 de noviembre de 2009
Pink Floyd. The Wall
Para satisfacer la curiosidad de EnLaCuerdaFloja, diré que me fui a hacer varias cosas a la vez y todas en una: reencontrarme con antiguos amigos, reencontrarme con amigos más recientes, asistir a la celebración de los 10 años del Mardi Grass (el bar más chulo y elegante de Coruña) y disfrutar del concierto de Eric Sardinas (homenaje a José Luis López Vázquez: ¡¡¡monumento!!!) y en palco presidencial, oiga, que parecía yo Teresa Rivero.
De Coruña me traigo un resfriado, un tremendo cansancio (circunstancias que unidas explican la brevedad de esta entrada…) y unas enormes ganas de volver ya.
Eric Sardinas. Down To Whiskey