De nuevo Tori Amos. A juzgar por las entradas que he escrito con títulos de canciones de esta mujer se podría pensar que soy muy fan. No lo soy. Me encanta cuando se pone en plan etérea, tan elegante en su piano y cuando le da la vena "Mortadela" y se pone a disfrazarse. Tengo un disco suyo que me gusta mucho y alguna cinta grabada pero no soy una atenta seguidora de su carrera, cosa que debería remediar, pero lo importante de hoy es el nombre de la ciudad: Amsterdam.
Allí estuve yo. Hoy hace ya la friolera de once años. Se jugaba la final de la Copa de Europa (yo soy una clásica y a mí eso de “lachampions” o “lachampiolí” no me va nada): Real Madrid – Juventus de Turín.
Hasta aquel día los merengones vivíamos en un constante estado de urgencia histórica. Los que sean futboleros entenderán a qué con eso de urgencia histórica. Sí, mi equipo es el mejor de todos los tiempos, pero no ganaba era campeón desde hacía 32 años, no llegaba a una final desde que yo tenía 9 años. Mi equipo era el puto amo de Europa pero yo no lo había visto con estos ojitos que se ha de comer la tierra.
Y caminito de Amsterdam que nos fuimos, en un viaje un poco loco, con coche-cama Madrid-Paris (incluyendo subida de la Ertzaina en Irún y gorrazos para echar a todo el mundo del “vagón de las chicas”) autocar discrecional conducido por un tipo al que bautizamos como Fransuá de París a Amsterdam.
De Amsterdam no vi mucho: gente muy guapa, bicicletas, carriles bici (invadidos por los españoles para cabreo de los “amsterdameños“), italianos que nos hacían fotos porque les sorprendía mucho ver un grupo de chicas ataviadas con toda la parafernalia futbolera. Recuerdo la angustia del metro colapsado y no saber si llegaríamos al estadio, los nervios de ver lo lenta que iba la cola debido al cacheo, ver a Iturriaga, el mechero que compartíamos diez personas sentadas en la primera fila del fondo en el que atacó el Madrid en la primera parte. ¡¡Cuántos paquetes caerían!!
Recuerdo una cosa muy especial. El silencio. Un silencio muy muy muy corto, de, no sé ¿una centésima de segundo? en el momento en el que Mijatovic (tanta paz lleves como dejas) marcó. Y luego la explosión, revolcada por el suelo, pringándome con los centenares de colillas, abrazándome con gente a la que diez segundos después había perdido de vista y a la que nunca he vuelto a ver porque todos saltábamos y gritábamos e intercambiábamos abrazos con todo el que se cruzaba en nuestro camino. Felicidad, mucha felicidad…
…y nervios, muchos nervios, mucho miedo… media hora por delante. Cuando acabó el partido aquello fue una explosión de gente llorando. Madame de Chevreuse la primera. No había –casi- móviles ni cámaras digitales así que la gente nos dedicábamos a felicitarnos, a bailar, a cantar y a esperar ese momento, el momento que llevábamos toda la vida esperando, el momento en que nuestro capitán levantara “la orejuda” y sonara “We Are The Champions” (por entonces mítico, ahora sobreutilizado y devaluado)
Hace once años y seguimos felicitándonos cada 20 de mayo
Tori Amos. Little Amsterdam
Allí estuve yo. Hoy hace ya la friolera de once años. Se jugaba la final de la Copa de Europa (yo soy una clásica y a mí eso de “lachampions” o “lachampiolí” no me va nada): Real Madrid – Juventus de Turín.
Hasta aquel día los merengones vivíamos en un constante estado de urgencia histórica. Los que sean futboleros entenderán a qué con eso de urgencia histórica. Sí, mi equipo es el mejor de todos los tiempos, pero no ganaba era campeón desde hacía 32 años, no llegaba a una final desde que yo tenía 9 años. Mi equipo era el puto amo de Europa pero yo no lo había visto con estos ojitos que se ha de comer la tierra.
Y caminito de Amsterdam que nos fuimos, en un viaje un poco loco, con coche-cama Madrid-Paris (incluyendo subida de la Ertzaina en Irún y gorrazos para echar a todo el mundo del “vagón de las chicas”) autocar discrecional conducido por un tipo al que bautizamos como Fransuá de París a Amsterdam.
De Amsterdam no vi mucho: gente muy guapa, bicicletas, carriles bici (invadidos por los españoles para cabreo de los “amsterdameños“), italianos que nos hacían fotos porque les sorprendía mucho ver un grupo de chicas ataviadas con toda la parafernalia futbolera. Recuerdo la angustia del metro colapsado y no saber si llegaríamos al estadio, los nervios de ver lo lenta que iba la cola debido al cacheo, ver a Iturriaga, el mechero que compartíamos diez personas sentadas en la primera fila del fondo en el que atacó el Madrid en la primera parte. ¡¡Cuántos paquetes caerían!!
Recuerdo una cosa muy especial. El silencio. Un silencio muy muy muy corto, de, no sé ¿una centésima de segundo? en el momento en el que Mijatovic (tanta paz lleves como dejas) marcó. Y luego la explosión, revolcada por el suelo, pringándome con los centenares de colillas, abrazándome con gente a la que diez segundos después había perdido de vista y a la que nunca he vuelto a ver porque todos saltábamos y gritábamos e intercambiábamos abrazos con todo el que se cruzaba en nuestro camino. Felicidad, mucha felicidad…
…y nervios, muchos nervios, mucho miedo… media hora por delante. Cuando acabó el partido aquello fue una explosión de gente llorando. Madame de Chevreuse la primera. No había –casi- móviles ni cámaras digitales así que la gente nos dedicábamos a felicitarnos, a bailar, a cantar y a esperar ese momento, el momento que llevábamos toda la vida esperando, el momento en que nuestro capitán levantara “la orejuda” y sonara “We Are The Champions” (por entonces mítico, ahora sobreutilizado y devaluado)
Hace once años y seguimos felicitándonos cada 20 de mayo
Tori Amos. Little Amsterdam
12 comentarios:
en aquel momento yo era muy merengona...
y vi ese partido... muuuuy emocionada!!!!!!
besos...y felicidades....no por el madrid sino por haber vivido tooooda esa experiencia
Qué viaje!! Encima para verlos ganar así!!
A ver si el año que viene grrrrr..
(hoy estoy muy gruñona yo..)
besos
Ay! acabo de leer tu respuesta.. Bien, eso es lo que quiero que NADIE me interrumpa ni un minuto de cada capítulo!! Te juro que voy a desconectar el tlf incluso!
Así que es la mejor temporada!! pues qué alegría me das, porque estos capítulos que he visto hasta ahora no me crean tanta intriga como la pasada temporada, así ya me animo!! Viva Lost!!
Uff, yo es que esta explosión de sentimientos con el "fúrgol" no la tengo, ni la alcanzo a comprender. Pero bueno, desde luego si la tuviera imagino que la querría repetir... :)
Es que yo soy de los de: fúrgol? = aaagggh. Y mira, Ana está encantada... jajaja.
Jajajajajajaja me parto contigo!!!!!!!
Yo entonces si...ahora estoy un poco pasota...
Muchos besos.
Que guay... yo nunca me he ido de viaje para ver un partido!!
Hala Madrid!!!
Oiga, el jurgol apesta mucho más que los toros, adónde va a parar. Compare, si no, la planta de ese ser que atiende por Guti con un Juan Belmonte, pongamos por caso.
Por Dioooooooooooooooor! Se me han puesto los pelos de punta al leer esa experienciaaaaaaaaaaa!
Fu! Ójala al año que viene se repita! ^^
Muchos besicos y
HALA MADRIIIIIIIIIIIIIID!! :D
Lady Maba: Yo he sido y seré merengona siempre pero el “florentinismo” y el “beckanismo” me mataron la ilusión. De hecho estoy cabreada como una mona porque vuelve “El Maligno” y con ínfulas de salvador.
cloe: la verdad, fue una locura porque la vuelta era igual, Amsterdam – Paris en autocar y Paris – Madrid en tren, saliendo el martes a las 19.00 y volviendo el viernes a las 8.00. A la vuelta dormimos dos horas y nos levantamos a patear París porque el Talgo no salía hasta las 20.00… aquel día absurdo en París da para otra entrada…pero resumiré diciendo que es la ciudad con mayor tasa de gente desagradable por metro cuadrado.
Dani : Fíjate, en mi casa se ha mamado el fútbol, de pequeña no podía entender que a alguien no le gustara, no comprendía que la gente se extrañara porque me gustara siendo una chica.
Ana: Como le decía a Lady Maba mi entusiasmo se vino abajo con el dichoso Florentino y su política prepotente, fichando con criterios absolutamente mercantilistas y publicitarios. Y ya cuando se trajo al vomitivo clan Beckham me hundió. Vuelven tiempos grises para los que gritamos “Juanito Maravilla”
Montoyica: La verdad, ese fue el único viaje fuera de España que hice. Fui a otros sitios, pero nunca a Zaragoza. Mis amigas sí fueron a la final de la Copa de Europa de Baloncesto en el 95 y se lo pasaron poco bien… pero yo era una estudiante con poco dinero y mucho orgullo, me negué a que me lo prestaran…¡y bien que me arrepentí!
Mondo Gitane: No, señor Gitane mío, dígame que no le gusta el fútbol pero no me compare un deporte, por muy podrido que esté, con un horrendo espectáculo consistente en el disfrute de la tortura y muerte de un ser vivo. No es cuestión de planta, es cuestión de humanidad. Y no me ponga trampas dialécticas. Comparemos plantas de… ¿un Rivera de esos con Franco Baressi? No way.
Martha: De verdad que fue genial por loco, por divertido y, claro, porque salió bien. Las otras dos Copas que vinieron después… sí, que bien, somos insuperables, pero no fueron lo mismo. ¿El año que viene? Vuelve “el maligno”, fichará a los que más contratos publicitarios proporcionen y ya está. Si suena la flauta sonará pero los resultados de este señor, si se les sopla para quitarle la purpurina, fueron muy flojitos.
Es curioso pero a mi ahora el fútbol como que no, vamos... nada de nada, por no decir que lo odio, pero en la época de la "quinta del buitre" era de las de Real Madrid For Ever.. en fin allá por el "catapun year"....
Leyéndote, tiiaaaa.. es que lo vivias ¿¿eh???.. jajaja.. me han dado ganas de cantar "We are The Champions"...
Y aparte del fútbol, Amsterdam es una de mis ciudades preferidas, lo bien que me lo pasé en un viaje que hice.
Besos.
En fin, me alegro de aquel viaje, aunque como culé ya puedes imaginarte...
Primera vez que te visito, felicidades por tu blog.
Pásate por el mio si lo deseas.
¡Saludos!
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